Investigaciones en España
En el estudio del fenómeno de la victimización entre compañeros en nuestro país según relata Rosario Ortega (1997), nos encontramos con una dificultad previa, derivada del escaso eco social que el maltrato entre compañeros ha tenido en nuestra cultura, cosa que no ocurre en otros paises en los que existe un vocablo claramente reconocido por todos, para denominar este tipo de problemas. Ni el microcontexto cultural de la escuela ni el macrocontexto social han denominado nunca con una palabra concreta claramente reconocible y única, al conjunto de comportamientos agresivos y prepotentes de unos niños hacia otros. Y no sólo eso…la realidad es que ha existido una especie de ley del silencio sobre este tema (García Correa, 1997), que poco a poco ha sido “abolida”, pues hoy por hoy, la existencia de malos tratos y de violencia en el sistema escolar es un hecho aceptado sobre el que se investiga y se publica más cada vez.
En España el primer trabajo sobre violencia entre iguales se debe a Vieira, Fernández y Quevedo (1989). Posteriormente, Fernández y Quevedo (1991), siguiendo sus investigaciones, construyen un Cuestionario de elección múltiple, que pasaron a alumnos de diez escuelas de Madrid, cinco públicas, y cinco privadas. Los cuestionarios se pasaron a 1.200 alumnos de 8, 10 y 12 años y se obtuvieron los siguientes resultados:
– El 17.3 % del alumnado declaró intimidar a sus compañeros/as.
– El 4.7 %, confesó haberlo hecho muchas veces en el último trimestre.
– El 17.2 % del total de alumnos/as de la muestra, afirmó haber sido intimidado en el último trimestre.
– Un 3.1 % de los alumnos intimidados en el último trimestre, afirmó haber padecido “mucho” esta intimidación en ese período de tiempo.
– Las agresiones verbales fueron las de incidencia mayor, con 19.3 %.
– Los robos, fueron padecidos por un 13.9 %.
– Las intimidaciones físicas, fueron padecidas por un 12.7 %.
– El 41 % de las agresiones se producía en el recreo.
– En lo que se refiere a la comunicación o no del abuso, las chicas eran más comunicativas, especialmente con padres y profesores. Los chicos, en el 37.8 % de los casos preferían devolver la agresión.
– El volumen de intimidaciones decrecía con la edad de los estudiantes.
– Las diferencias entre centro público y centro privado no resultaron significativas en términos estadísticos, aunque se observó mayor tendencia a la agresividad en los centros privados.
Puede afirmarse si se compara este primer estudio con los realizados en Europa, que muestra tendencias muy semejantes, y ponen de manifiesto la importancia de las variables estudiadas: sexo, curso o edad, lugares de riesgo y titularidad del centro. No obstante, los resultados relativos a la edad varían. En otros estudios no decrece el volumen de agresiones tan pronto, como encuentran estos autores (pues hay que tener en cuenta que éstos sólo trabajan con alumnos/as de 8, 10 y 12 años).
Posteriormente, Cerezo y Esteban (1992), realizaron otro estudio utilizando una técnica que no se había usado en ninguna investigación de este tipo. Se trataba de que los alumnos/as identificasen a sus compañeros “agresores” y “víctimas” dando sus nombres. Se realizó con una muestra de 317 alumnos, con edades de entre 10 y 16 años, de la región de Murcia. Los resultados obtenidos por estos autores, según refiere Ortega (1998 a), fueron los siguientes:
– Los números de víctimas e intimidadores encontrados, fueron menores que en otras investigaciones: 11.4 % de agresores, y 5.4 % de víctimas.
– El mayor número de implicados tenía entre 13 y 15 años.
– El género también resultó relevante, pues al igual que sucede en la mayoría de los estudios, los chicos siempre estaban más implicados que las chicas, tanto en el papel de agresores como en el de víctimas; aunque los chicos estaban más como agresores, y las chicas, más como víctimas.
Después de estos trabajos pioneros en España, se han realizado varias investigaciones en nuestro país, especialmente en la comunidad autónoma de Andalucía por la Universidad de Sevilla, y el estudio más completo referido a todo el país, realizado a través del Defensor del Pueblo.
Lo dejamos por hoy. En próximas fechas hablaremos de las Investigaciones que la Universidad de Sevilla realiza sobre el tema en cuestión.
Saludos, y hasta pronto.
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