Estudios sobre bullying realizados en España, a nivel provincial
Además de los estudios de incidencia del bullying en Autonomías uniprovinciales (Asturias, Cantabria, Navarra, Madrid y Murcia) que contiene el ya citado en otro artículo de este blog “Informe Cisneros X”, existen dos tesis doctorales que estudian la incidencia del acoso entre iguales en las provincias de Granada y Valladolid, respectivamente.
En Granada, Adela Durán elabora la tesis doctoral “La agresión escolar en Segundo Ciclo de la ESO, en Granada capital y su provincia” y la presenta en el año 2003 en el Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada. Pretende conocer la incidencia y las variables que posibilitan la aparición y mantenimiento de las conductas de acoso en los centros escolares de Granada Capital y su provincia.
Participan alumnos de Secundaria de 15 centros públicos y concertados. La muestra estuvo formada por 1.750 chicos/as con rangos de edad de entre 14 y 18 años. Para la recogida de datos se utiliza un cuestionario elaborado a partir del de Fernández García (1999). Entre los resultados más relevantes se encuentra que las formas de maltrato más frecuentes son los “insultos”, seguidos de las “agresiones físicas”, la “exclusión social” y el “culpabilizar a los compañeros de cosas que no han hecho”.
Un 23.1 % de los alumnos/as se considera “víctima” de maltrato, y un 30.2 % admite que “agrede” a otros de forma esporádica, pero no sistemática. El 34 % de las víctimas cuenta sus problemas a los amigos/as, pero el 37.5 % dice no hablar con nadie de ello.
Los agresores suelen ser en su mayoría chicos de la misma clase que las víctimas y actúan “solos” en el 60 % de los casos.
Cuando se producen las agresiones, solo el 6.1 % de escolares lo rechaza, un 27.5 % “ayuda” o “anima” al agresor, y a un 30.3 % de alumnos les “parece bien” la situación y “entienden” que eso se produzca.
Respecto a los motivos por los que los agresores “justifican” su acción, u 49.2 % lo hace por bromear” y otro 42.2 % porque “les provocaron”. Una mayoría de escolares opinan que los alumnos víctimas son “normales”, y un 20.9 % consideran que éstos presentan alguna diferencia física o psíquica respecto a sus compañeros.
En Valladolid, José María Avilés elabora la tesis doctoral “La intimidación entre iguales (bullying) en la Educación Secundaria Obligatoria. Validación del Cuestionario CIMEI y estudio de incidencia”, que es presentada en la Universidad de Valladolid en el año 2002. Entre sus objetivos, busca conocer la incidencia del acoso entre compañeros en los centro de Secundaria de Valladolid, definiendo las formas habituales en que se presenta el maltrato; y analiza la influencia de las variables como “nivel educativo” y “género”.
Participan alumnos/as de cinco Institutos de Secundaria de la provincia de Valladolid, formando la muestra un total de 496 alumnos/as de los cuatro cursos de la ESO y con rangos de edad de entre los 12 y los 18 años. Para la obtención de datos se utiliza el Cuestionario CIMEI (Avilés, 1999), elaborado a partir del confeccionado por Ortega, Mora y Mora Merchán (1995), basado a su vez en el diseñado por Dan Olweus.
A continuación os expongo los resultados más relevantes. Los gráficos siguientes aportan datos, según las víctimas, los agresores y los testigos.
Datos sobre el maltrato aportados por los alumnos.
Según los alumnos “víctimas”
Según los alumnos “agresores”
Según los alumnos “testigos”
Se encuentran diferencias de género, siendo más chicos que chicas los “maltratadores”, especialmente en lo que se refiere a acoso sistemático. Son agresores “sistemáticos” un 76.9 % de chicos frente a un 23.1 % de chicas. Y son agresores “ocasionales” un 65.8 % de chicos, frente al 34.2 % de chicas.
Los tipos de malos tratos y frecuencias con las que aparecen teniendo en cuanta la variable género, aparecen en el gráfico siguiente.
Tipos de intimidaciones y frecuencia de aparición en función del género.
En el estudio no se incluyen las agresiones físicas “indirectas”, relativas a las propiedades de las víctimas, ni el “acoso sexual”.
Respecto a quien o a quienes comunican el maltrato, la mayoría dice comunicarlo a algún amigo/a, concretamente un 43.1 %; a su familia dicen comunicarlo un 29.32 %; se lo dicen a los profesores un 10.34 %, y no se lo cuentan a nadie un elevado porcentaje de escolares (17.24 %) maltratados.
Respecto a en dónde se suele producir el acoso, es la clase cuando no está el profesor, el lugar donde se produce con más frecuencia el maltrato (49 %). En el siguiente gráfico aparecen los “escenarios” en los que suele producirse el acoso.
Lugares en donde suelen realizarse las “intimidaciones”.
Generalmente protagonizan el bullying “un grupo de chicos”, los cuáles, en el 32 % de los casos son de la misma clase que el alumno acosado, y en el 25 % de las ocasiones, pertenecen al mismo nivel, pero a otra clase.
Bueno, lo dejamos por hoy.
Saludos y hasta pronto.
creo que los estudios sobre la incidencia de este fenómeno en las escuelas han estado proliferando, sin embargo, ¿que mas falta por hacer? es un tema relativamente nuevo y creo que faltan mas investigaciones que abarquen mas allá de la incidencia. cabe cuestionarnos ¿que otros rumbos puede tomar esta linea de investigación? o si hay más investigaciones al respecto, su difusión aún es limitada
Sofía Alejandra, en la lucha contra el bullying, lo que falta por hacer, precisamente, es la concienciación docente y la concienciación de las autoridades educativas, sobre las terribles consecuencias que acarrea el acoso entre compañeros, no sólo a los alumnos que son víctimas del maltrato, sino también, en quienes lo presencian, y en quienes lo realizan.
En realidad, el acoso incide tanto en las victimas, como en los bully y en los observadores, si bien, de manera muy especial, en las “víctimas”.
Ciertamente, hay muchas investigaciones realizadas al respecto en todo el mundo, sobre todo en lo que se refiere a frecuencia de aparición, modalidades de acoso y lugares en que se produce, pero su difusión es muy limitada y ello hace que la concienciación y su afrontamiento efectivo se esté produciendo muy lentamente.
Un cordial saludo.