Informe del Defensor del Pueblo 2007 (V).
Continuamos hoy con el Informe del Defensor del Pueblo 2007. Este es el quinto y último artículo (V) de los cinco que conforman el resumen completo de ésta investigación.
Al igual que en el primer Informe del Defensor del Pueblo (2000), en éste, publicado en 2007, también responden en calidad de profesores los Jefes de Estudios de los centros participantes. Quiero hacer una reflexión en este punto, sobre el posible sesgo de los datos, pues creo que su validez y generalización podrían ser “discutibles” por el hecho de que quienes responden al cuestionario, por el “cargo” que desempeñan, no son, en la “acepción” completa y absoluta del término, “docentes al uso”.
Se les pregunta a los profesores (Jefes de Estudio) sobre la importancia que para el buen funcionamiento del centro, tienen una serie de factores. Los datos obtenidos, en la categoría de “muy importantes” aparecen en el gráfico siguiente.
Circunstancias problemáticas valoradas como “muy importantes” por los Jefes de Estudio en relación al funcionamiento del centro.
Observamos, a partir de los datos, que los conflictos y agresiones entre los alumnos en la categoría de “muy importante” no es precisamente lo que genera la mayor preocupación de los profesores, quedando relegado ese motivo al cuarto lugar. Ello tiene cierta lógica si se observa desde la perspectiva de la Jefatura de Estudios que es responsable de que “todo” en el centro, funcione correctamente.
Cuando se les pregunta sobre la incidencia e importancia que para la buena marcha de la vida diaria en el centro, tienen diferentes conflictos de convivencia, también atendiendo a la categoría de “muy importante”, se obtienen los datos que aparecen en el siguiente gráfico.
Valoración sobre la importancia de diferentes conflictos en la vida diaria, según los Jefes de Estudio.
A partir de los datos se observa que las agresiones entre alumnos es el tercer conflicto que más les preocupa a los docentes (46 %). De los problemas presentados es el absentismo el que “menos preocupa” a los docentes, al ser señalado con una frecuencia bastante menor que el resto de los conflictos (25 %).
Estos conflictos, para el 81.7 % de los docentes han aumentado en los centros escolares (aumentaron “ligeramente” para un 50 %, y aumentaron “drásticamente” para un 31.7 %). Para un 11.3 % de los docentes, los conflictos se han mantenido “igual” que en años anteriores, y piensan que han “disminuido ligeramente” el 6.7 % de los profesores. Un 0.3 % de los docentes opinan que los conflictos han “disminuido drásticamente”.
Cuando a los docentes (Jefes de Estudio) se les pide opinión sobre el conocimiento que ellos tienen en relación al maltrato entre compañeros que sucede en sus institutos, se obtienen los datos que aparecen en el gráfico siguiente.
Opinión de los Jefes de Estudio en relación a si se enteran o no de las situaciones de “acoso”.
A partir de los datos, se observa que son pocos (10.7 %) los profesores (Jefes de Estudio) que creen “que se enteran siempre” de las situaciones de maltrato sucedidas entre los escolares de su instituto, si bien, un elevado porcentaje (62 %) afirman que “a menudo se enteran”. Creo que ese porcentaje descendería de forma importante si los profesores que contestaron al cuestionario no hubiesen sido Jefes de Estudio, quienes en realidad, por el cargo que desempeñan, son receptores de todo tipo de información relativa a estos temas, aportados por los demás docentes.
En definitiva, el “acoso entre compañeros” en opinión de los docentes (Jefes de Estudio), sería valorado como de una importancia “media”, siendo consideradas más importantes las agresiones de alumnos a profesores y las conductas disruptivas que varios alumnos/as presentan durante las clases. Además, de entre seis factores negativos, el “acoso entre compañeros” ocupa el cuarto lugar.
También, a los Jefes de Estudio, para observar el “acoso entre compañeros” desde la perspectiva que el desempeño de su cargo les confiere (respecto a información) se les preguntó sobre la frecuencia con que los diferentes tipos de maltrato ocurrían en su instituto. Los datos obtenidos aparecen en la tabla siguiente.
Porcentajes de docentes (Jefes de Estudio) que informan sobre los tipos de maltrato producidos en su instituto.
Tipo del maltrato | “A veces” | “En muchos casos” | Total |
Ignorar | 75.7 | 8.3 | 84 |
No dejar participar | 69 | 5.3 | 74.3 |
Insultar | 65.3 | 27.7 | 93 |
Poner motes ofensivos | 61.7 | 31.7 | 93.3 |
Hablar mal de otros | 62.3 | 25.7 | 94 |
Esconder cosas | 69.3 | 19.3 | 88.7 |
Romper cosas | 64.3 | 4.7 | 69 |
Robar cosas | 64.7 | 4.7 | 69.3 |
Pegar | 64.3 | 2 | 66.3 |
Amenazar para meter miedo | 71.3 | 13 | 84.3 |
Obligar con amenazas | 36.3 | 1 | 37.3 |
Amenazar con armas | 10.3 | – | 10.3 |
Acoso sexual | 13 | 0.7 | 13.7 |
Además, para observar el maltrato entre iguales desde la perspectiva de los docentes, y no como Jefes de Estudio, se les pide (a los Jefes de Estudios) que señalen los diferentes tipos de maltrato que se han producido en sus propias aulas durante sus clases, como responsables de un grupo de alumnos/as. Los datos obtenidos aparecen en la siguiente tabla.
Porcentajes de profesores que informan sobre los tipos de maltrato producidos en su aula (Jefes de Estudio).
Tipo del maltrato | “A veces” | “En muchos casos” | Total |
Ignorar | 64 | 4.3 | 68.3 |
No dejar participar | 47.3 | 2 | 49.3 |
Insultar | 56.7 | 13 | 60.7 |
Poner motes ofensivos | 58.3 | 18.7 | 77 |
Hablar mal de otros | 66 | 16.7 | 82.7 |
Esconder cosas | 54.3 | 14.3 | 68.7 |
Romper cosas | 40.7 | 3 | 43.7 |
Robar cosas | 43 | 3.3 | 46.3 |
Pegar | 34.7 | 1.7 | 36.3 |
Amenazar para meter miedo | 47.3 | 11 | 58.3 |
Obligar con amenazas | 23.7 | 0.7 | 24.3 |
Amenazar con armas | 4 | 0.3 | 4.3 |
Acoso sexual | 6.7 | 0.3 | 7 |
Se observa a la vista de los datos ofrecidos en las dos tablas anteriores, (en ambas categorías “a veces” y “en muchos casos”), que las frecuencias de cada tipo o modalidad de maltrato descienden considerablemente cuando los Jefes de Estudio no contestan como tal al cuestionario, sino que lo hacen como profesores de un grupo/clase de escolares. Cuando lo hacen desde esta perspectiva los niveles de incidencia de los diferentes tipos de “acoso” se asemeja a la aportada por los escolares cuando contestaban en calidad de “testigos” u “observadores”, si bien, con porcentajes algo inferiores a aquellos en la mayoría de las modalidades de maltrato.
Los escenarios donde con más frecuencia suele producirse el maltrato según los profesores/as (Jefes de Estudio), son el “patio”, la “clase”, y los “pasillos”. Como excepción, las “amenazas con armas” suceden más frecuentemente, según los Jefes de Estudio, a la salida del instituto (48.4 %), y “fuera del centro” (por alumnos del instituto 35.5 % y por alumnos de otros centros, 19.4 %).
El informe del Defensor del Pueblo 2007, trata también de averiguar, a partir de determinadas preguntas del cuestionario, cuales son los aspectos o factores que según los profesores/as, influyen para que un alumno/a se convierta en “víctima” continuada de malos tratos por parte de algún o algunos de sus compañeros/as, y cuáles son los motivos que con su influencia, hacen que un escolar se convierta en “agresor”. Los datos obtenidos aparecen respectivamente, en los gráficos siguientes.
Valoración de las causas que en opinión de los Jefes de Estudio propician que un alumno/a se convierta en “víctima”.
Valoración de las causas que en opinión de los Jefes de Estudio hacen que un alumno/a se convierta en “agresor” sistemático.
A partir de los datos observamos que los profesores (Jefes de Estudio) consideran que son especialmente las variables de tipo social, las que inciden de forma más importante en que un alumno/a se convierta en “víctima” de acoso por parte de otro compañero. Sitúan en los primeros lugares las características de la “personalidad del alumno/a” (78 %) y la “falta de amigos” (70.7 %). El resto de variables se sitúa en porcentajes notablemente inferiores. Por otro lado el hecho de que algunos escolares “maltraten” a otros es observado por los profesores como algo que no está en su mano resolver, pues lo atribuyen mayoritariamente a razones ajenas a la práctica docente (por lo que queda fuera de su control). Los profesores sitúan la “falta de disciplina escolar” y el “tipo de organización y clima del centro” en quinto y sétimo lugar respectivamente, adjudicando mayor relevancia a motivos “relacionados con la familia” y al “contexto social”.
A fin de observar cómo es la reacción de los centros ante las “agresiones entre iguales”, el cuestionario para profesores utilizado, incluía cuatro preguntas encaminadas a descubrir, por un lado, la forma de actuación del docente (desde la perspectiva de profesor de aula, y desde la perspectiva de Jefe de Estudios) ante las situaciones de bullying, y por otro, la frecuencia con la que se ha actuado, en relación a varias “categorías” ofrecidas. A partir de los datos obtenidos puede concluirse que, cuando el maltrato es considerado “leve” o “menos grave” se utiliza mayoritariamente el “diálogo” a solas o en grupo y con las familias respectivas. A medida que aumenta la “gravedad del acoso” aumentan también el número de “partes”, los “expedientes del Consejo Escolar” y las sanciones “inmediatas”. En los juzgados sólo suelen denunciarse las “amenazas con armas”. Realmente, las denuncias a la policía y en los juzgados son muy poco frecuentes, y los conflictos suelen controlarse con medidas internas, si bien, el Departamento de Orientación es un recurso poco utilizado (25 %).
En relación a las actuaciones que se llevan a cabo en los centros para prevenir los conflictos relacionados con la convivencia, los Jefes de Estudio valoraron sobre una relación dada, las que se realizaban en su instituto. Los datos obtenidos aparecen en el gráfico siguiente.
Acciones (en porcentajes) que se realizan en los institutos para prevenir los conflictos de convivencia, según los Jefes de Estudio.
Observamos a partir de los datos que en un elevado porcentaje de centros (94.7 %) los tutores trabajan con sus alumnos/as programas de convivencia. Estos programas suelen se aportados por el Orientador/a del centro. Resulta paradójico que utilicen estos programas tan elevado número de docentes, y sea requerido el Departamento de Orientación para resolver este tipo de conflictos, sólo en un 25 % de ocasiones.
Además de la valoración anterior los Jefes de Estudio sugieren, a partir de preguntas “abiertas”, diferentes actuaciones o medidas, de las que en el gráfico siguiente se recogen aquellas que superan la frecuencia del 8 %. Las respuestas expresadas en diferentes términos, se agrupan por temática.
Otras acciones (en porcentajes) que sugieren los Jefes de Estudio para afrontar el bullying.
A partir de los resultados aportados por los dos gráficos anteriores, podría decirse que los Jefes de Estudio responden (tanto por las actividades “valoradas”, como por las sugeridas por ellos mismos) a un enfoque más preventivo que sancionador.
Con este quinto artículo (último de una serie de cinco), doy por terminado el resumen completo de este estudio, sin duda, la mejor investigación realizada en España en relación al la incidencia del Bullying o “acoso entre iguales”.
Otro día hablaremos de otros estudios.
Saludos y hasta pronto.
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