Otro suicidio por acoso escolar
El pasado 24 de diciembre, en Barcelona, el día de Nochebuena a las 18 horas, un joven de 17 años se quitó la vida, tomando un puñado de pastillas mezcladas con alcohol.
El joven sufría acoso escolar desde hacía años, y tras varios ingresos hospitalarios, y cambio de centro educativo, no pudo soportarlo más.
Ester Albert Cusso, madre de Alan denuncia (con toda razón) que su hijo: «No se ha suicidado porque sí, ha sido víctima de un crimen social». Señala que a lo largo de la vida de Alan la gente se ha estado continuamente metiendo con él: » Una cadena de gente se ha reído de él a lo largo de su vida. Es la lacra del acoso que persigue al diferente. Y mi hijo lo era».
Alan era un joven transexual para quien ir al instituto se había convertido, los tres últimos años. en un verdadero infierno.
Parecer ser que los padres de Alan tenían concertada una entrevista con el equipo directivo del centro escolar, para el 11 de enero. Cita pospuesta para después de las vacaciones de Navidad, por coincidir la fijada anteriormente con una cita médica del joven. Pero la realidad es que se ha llegado tarde…cómo en tantos otros casos similares.
Las autoridades educativas no hacen TODO LO QUE PUEDEN. No me cansaré de repetir que es necesaria una concienciación de todos los docentes y un conocimiento profundo del problema por parte de todos los equipos directivos de los centros. Se elaboran protocolos que en casos de este tipo, en casos extremos (que son los que en realidad deben atajarse a tiempo), no sirven ABSOLUTAMENTE PARA NADA.
La formación de los docentes en este tema y en cómo deben de actuar (especialmente los Equipos directivos), resulta IMPRESCINDIBLE y PRIORITARIA… pero la Administración Educativa no parece entenderlo.
Alan, ojala tu muerte sirva para despertar conciencias.
DESCANSA EN PAZ.