En la Comunidad Valenciana se realizan dos estudios en relación con el tema, y con posterioridad a la publicación del primer Informe del Defensor del Pueblo (2000). Se denominan “Los conflictos en las aulas de ESO. Un estudio sobre la situación en la Comunidad Valenciana” y “Estudio epidemiológico del bullying en la Comunitat Valenciana”. Un resumen de ambos se expone a continuación.
Hablaremos primero del denominado “Los conflictos en las aulas de ESO. Un estudio sobre la situación en la Comunidad Valenciana”.
Este estudio es elaborado por la Federació d’Ensenyament de CCOO de esta Comunidad Autónoma, junto con la Universidad de Valencia. Lo coordina Rafaela García López y Ramón Martínez Céspedes (2001).
El informe estudia la situación conflictiva entre alumnos de 3º de ESO desde la perspectiva de los Equipos Directivos, de los profesores, de los Orientadores, de los tutores de “alumnos problemáticos” y de los propios alumnos/as.
Participan estudiantes de 36 centros públicos, seleccionados de forma aleatoria entre 144 (totalidad de IES en esa Comunidad), con proporciones respecto del total de cada provincia. La totalidad de la muestra estuvo formada por 3.238 alumnos/as de 3º de ESO, 36 directores, 447 profesores, 62 tutores y 36 orientadores.
Se emplean cuestionarios elaborados en 1989 por Escámez y cols. A continuación aporto un resumen de los resultados más relevantes.
Un 80.5 % de estudiantes dice ir a gusto al colegio. Un 10 % dice tener dificultades para relacionarse con otros compañeros y manifiesta “vivir” situaciones conflictivas. Un 5 % de alumnos/as reconoce transgredir las “normas básicas de convivencia”, con la consiguiente perturbación del normal desarrollo de las clases. Así, un 25 % de estudiantes opina que el clima del aula no es agradable (aunque para el 51 % de alumnos sí lo es) ni adecuado para desarrollar u óptimo proceso de enseñanza-aprendizaje. A pesar de ello, lejos de exigir más “autoridad” en el aula, opinan que los profesores deberían ser más “comprensivos” y menos “autoritarios”.
Según los directores, las situaciones conflictivas que se producen en la mayor parte de los IES de una forma generalizada son los “insultos entre estudiantes” (82.9 %) y las “expulsiones de clase” (60 %). En el 50.5 % de los centros, consideran un problema serio o moderado “el vandalismo”. Sin embargo, el “consumo de drogas y alcohol”, las “agresiones físicas al profesorado”, y las “agresiones físicas entre estudiantes” no suponen problemas serios para los directores y/o jefes de estudios, si bien, en el 14.3 % de los IES consideran como un problema moderado las “agresiones entre alumnos”.
Los profesores tutores responden también a cuestionarios específicos. Un 71.7 % dice que el tipo de agresión mayoritario que se produce en su centro es la “violencia verbal” entre alumnos (y entre alumnos y profesores), y el 59.6 % opina que la principal causa de los conflictos que se viven a diario en las aulas, es la falta de interés de los estudiantes. Ello hace que el 39.5 % de los profesores se sientan “desmotivados”, y un 7 % desearía “cambiar” de trabajo. Los tutores en particular, cuando se refieren a “alumnos problemáticos”, no les consideran especialmente agresivos (ni verbal ni físicamente), aunque sí como carentes de interés por las actividades académicas.
A continuación os hablaré del otro estudio citado, el denominado “Estudio epidemiológico del bullying en la Comunitat Valenciana”.
En el año 2006 se publican los resultados de este estudio realizado por A. Marchesi, F. Pérez, E.M. Pérez, N. Álvarez, y dirigido por Elena Martín. Trata de conocer qué opinan los diferentes miembros de la comunidad educativa (alumnos, padres, profesores y directores) en relación a la convivencia en los colegios e institutos de la Comunidad Valenciana (públicos y privados concertados).
En el estudio, que se realiza entre los meses de marzo y abril de 2006, participan 79 colegios (Educación Primaria) y 39 institutos (ESO) de Alicante, Castellón y Valencia.
La totalidad de la muestra estaba formada por 6.065 alumnos/as, de los que 2.822 cursaban 5º y 6º de Primaria, y 3.234 eran alumnos de ESO; también formaban la muestra 1.689 profesores (1.089 de Primaria y 600 de Secundaria), 111 directores (74 de centros de Primaria y 37 de centros de Secundaria), y 4.417 padres/madres de alumnos, de los que 2.200 eran padres de alumnos de Primaria, y 2.217, de alumnos de Secundaria.
Se utilizan cuestionarios diferentes para cada uno de los colectivos. A continuación se exponen algunos de los resultados más relevantes del estudio. Los gráficos siguientes muestran, desde la perspectiva de las víctimas, de los agresores y de los testigos, la frecuencia de cada tipo de maltrato.
Frecuencias de los distintos tipos de maltrato según las víctimas, los agresores y los testigos.
Según las víctimas
Según los agresores
Según los testigos
Según el estudio, y en función de las distintas variables comparadas, se concluye que los alumnos/as de Primaria sufren más maltrato que los de Secundaria en la mayoría de las modalidades. Las formas de maltrato de “pegar” y de “no dejar participar” son sufridas en mayor medida por los alumnos/as de Primer Ciclo de ESO (1º y 2º), que por los de Segundo Ciclo (3º y 4º).
Se declaran “agresores” más alumnos de Secundaria que de Primaria, y es en el Segundo Ciclo dónde más alumnos/as reconocen “ignorar”, “hablar mal”, “robar”, “poner motes” o “esconder cosas” a otros. Los “testigos” declaran observar más frecuentemente conductas de acoso en Secundaria que en Primaria, especialmente las de “poner motes”, “insultar”, “ignorar”, “hablar mal”, “romper”, “robar” y “obligar con amenazas”.
Se encuentran diferencias en relación al género. En cualquiera de las tres modalidades (víctimas, agresores y testigos) hay más alumnos implicados que alumnas. En cuanto a tipo de maltrato, el “hablar mal” de otros, lo hacen las chicas con mayor frecuencia que sus compañeros varones, en las tres modalidades (ya sean víctimas, testigos o agresoras).
En los centros privados concertados, la incidencia de los tipos de maltrato “poner motes”, “hablar mal” de otros e “ignorar”, es mayor que en los públicos. Sin embargo, la incidencia relativa a “esconder”, “pegar”, “robar” e “insultar”, es mayor en los centros públicos que en los privados concertados.
Como lugares preferentes en que los escolares sitúan el maltrato es a la salida del centro, en el aula cuando no está el profesor/a, en los servicios, en los pasillos o en el comedor, en definitiva, en los lugares “menos” vigilados.
Las víctimas, cuando piden “ayuda” a alguien del colegio, lo hacen con mayor frecuencia a “los amigos”; en segundo lugar, dicen no pedir ayuda “a nadie”. En tercer lugar se cita la petición de ayuda a los “profesores” y con menor frecuencia “al orientador/a o a los servicios de ayuda”. Los profesores reconocen que en muchas ocasiones no se enteran de que se estén produciendo casos de maltrato, y la incidencia con que “perciben” el acoso es menor que la incidencia con la que lo “perciben” los alumnos que contestan al cuestionario como “observadores” o “testigos”. Si bien, afirman que cuando se enteran, intervienen para cortarlo.
Bueno, otro día continuaremos con otros estudios.
Saludos y hasta pronto.
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