El maltrato entre iguales, bullying en Euskadi

En el año 2005, el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco, financia dos investigaciones sobre el tema, una con escolares de Primaria, y otra, con alumnos de Secundaria.

Investigación con alumnos de Secundaria.

La investigación con alumnos de Secundaria es realizada por José Antonio Oñederra, Paz Martínez y Eduardo Ubieta. El objetivo es conocer la incidencia del “acoso” entre compañeros en los cuatro cursos de Educación Secundaria Obligatoria. Participaron alumnos/as de 81 centros de Secundaria, constituyendo la muestra un total de 3.132 escolares, estudiantes de 1º a 4º de ESO.

Se utiliza para la recogida de datos unos cuestionarios similares a los utilizados en el estudio del Defensor del Pueblo (2000). A continuación expongo un resumen de los resultados más relevantes.

La incidencia en porcentajes de los diferentes tipos de maltrato, según las víctimas, aparece en el gráfico siguiente.

Frecuencia de los distintos tipos de maltrato según las víctimas y atendiendo a la categoría “siempre me ocurre”

A la vista de los resultados, son pocos los alumnos/as que reconocen ser “víctimas” con mucha frecuencia de malos tratos por parte de algún compañero. Los “acosos” más frecuentes suelen ser de carácter psicológico más que físico; concretamente, son los de tipo verbal los que se producen con mayor frecuencia.

Los datos en porcentajes, relativos a los alumnos que se reconocen “agresores”, atendiendo también a la categoría “siempre lo hago”, aparecen en el siguiente gráfico.

Frecuencia de los distintos tipos de maltrato según Los agresores y atendiendo a la categoría “siempre lo hago”

También, al igual que en el caso de las víctimas, son pocos los alumnos/as que se reconocen agresores “frecuentes”.

Estos datos, tanto desde la perspectiva de las víctimas como de los agresores, varían de forma importante, cuando son los alumnos, desde una perspectiva de “testigos” u observadores, los que responden al cuestionario. En el gráfico siguiente se muestran en porcentajes la frecuencia de los distintos tipos de maltrato, según los “testigos”.

Frecuencia de los distintos tipos de maltrato según Los testigos y atendiendo a la categoría “siempre lo he visto”

Se observa que desde la perspectiva de los alumnos/as “observadores” la frecuencia de los tipos de maltrato “muy frecuente”, son bastante más elevados que la que reconocen “víctimas” y “agresores”. Si bien, todos coinciden en que la mayor frecuencia de acoso es de tipo “verbal”.

Se encuentran diferencias de género. El maltrato se dirige más hacia los chicos que hacia las chicas. En el siguiente gráfico aparecen los datos relativos a quienes son, según los escolares, los que ejercen el “acoso”.

¿Quiénes son los que ejercen el bullying?

¿Son de tu clase los autores del maltrato?


Respecto a los lugares preferentes donde suceden los maltratos, destaca el aula (36 %).

Las “víctimas” tienden a contar lo sucedido en primer lugar (43 %) a un amigo/a; en segundo lugar (35 %) a la familia; y al profesorado lo cuentan menos alumnos/as (10.2 %). Un importante porcentaje de alumnos/as “víctimas” (11.4 %) no comunican a nadie el “acoso” a que están siendo sometidos.

Respecto a quienes intervienen para “ayudar”, la mayoría (42.5 %) dice que “un amigo/a”; un 12.1 % dicen que los profesores. Un 20.8 % de alumnos/as de Secundaria considera que los profesores/as “no se enteran” de los casos de acoso entre alumnos.

Un 71.3 % de escolares dicen  no tener miedo de ir al Instituto. El 1.5 % sienten miedo “a menudo” o “casi todos los días” por causa del “trabajo de clase” o por “miedo a uno o varios compañeros”.

Finalmente, el estudio, valora de forma positiva, la relación de los alumnos/as con sus profesores.

Investigación con los alumnos de Primaria.

La investigación con los alumnos de Primaria es realizada por José Antonio Oñederra, Paz Martínez, Inmaculada Tambo y Eduardo Ubieta. El objetivo es conocer la incidencia del bullying en los dos últimos cursos de Educación Primaria.

Participan alumnos de 88 centros. Constituyen la totalidad de la muestra 2.851 escolares de 5º y 6º curso de Primaria.

Se utiliza para la recogida de datos, los mismos cuestionarios que en el estudio de Secundaria. Algunos resultados relevantes son los siguientes

La incidencia de los diferentes tipos de maltrato, según las víctimas, aparece en el gráfico siguiente.

Frecuencia de los distintos tipos de maltrato según las víctimas, atendiendo a la categoría “a menudo me ocurre”

Son pocos, a la vista de los datos, los alumnos de Primaria que reconocen ser víctimas frecuentemente de malos tratos por parte de alguno de sus compañeros/as. Si bien, en Primaria, los porcentajes son algo superiores que los encontrados entre alumnos de Secundaria. También entre estos alumnos de los dos últimos cursos de Educación Primaria, igual que en Secundaria, los acosos más frecuentes son más de tipo verbal que físico.

En relación a los alumnos que se reconocen agresores, atendiendo a la categoría “a menudo lo hago”, los siguientes gráficos muestran las frecuencias de los distintos tipos de acoso. También atendiendo a la categoría de “a menudo lo he visto” aparecen las frecuencias de los distintos tipos de “acoso” desde la perspectiva de los alumnos/as “testigos.

Frecuencia de los distintos tipos de maltrato según los agresores atendiendo a la categoría “a menudo lo hago”

Frecuencia de los distintos tipos de maltrato según los testigos atendiendo a la categoría “a menudo lo he visto”

A la vista de los datos se observa que son pocos los alumnos que reconocen maltratar a otros compañeros de forma frecuente. Y también, al igual que en Secundaria, estos datos se incrementan de forma importante, cuando los alumnos/as responden al cuestionario desde la perspectiva de “testigo” u observador.

Se aprecia que desde la perspectiva de los “testigos”, refiriéndose al “maltrato muy frecuente”, la frecuencia de los diferentes tipos de acoso es bastante superior a la que reconocen los alumnos “víctimas” y “agresores”, coincidiendo en que es el “acoso” de tipo verbal, el que con más frecuencia se da en los centros educativos.

También en Primaria, al igual que en Secundaria, el maltrato se dirige más frecuentemente hacia chicos que hacia chicas, dándose una incidencia del acoso más alta en sexto que en quinto de Primaria.

Los escolares de Primaria, respecto a quienes ejercen bullying, dicen que son “unos chicos” el 47 %, seguido de “un chico” el 18 %, y dicen que son “chicos y chicas”, el 13 %.

El 59 % de escolares víctimas dice que suelen ser chicos de “su misma clase”, quienes se lo hacen “pasar mal”, y un 16 % dice que son del mismo curso, pero de “otra clase”.

Para un 60 % de los alumnos/as víctimas, el escenario preferente, es decir, el lugar en donde se producen con más frecuencia diferentes tipos de acoso, es el patio de recreo.

Respecto a quienes cuentan lo sucedido, un 60 % dice hablar con sus padres, el 46.7 %, con los amigos, y el 18.4 % con los profesores. Un 14.3 % de alumnos/as que sufren acoso, dicen no hablar con nadie del problema.

En relación a “quien o quienes intervienen para prestar ayuda”, el 58.6 % dice que “algún amigo/a”, y el 21 % dice que “los profesores”. En Primaria, el porcentaje de alumnos que piensan que de estos problemas los profesores “no se enteran”, es bastante menor que en Secundaria (8.5 % frente al 20.8 %).

Un 63.9 % de alumnos/as dicen no sentir nunca miedo de ir al colegio. Sólo el 2.25 % de escolares sienten miedo “a menudo” o “casi todos los días” por miedo “al trabajo de clase” o por miedo a “uno o varios compañeros” (37.6 % para ambos motivos).

Bueno, por hoy lo dejamos. Otro día os hablaré del “Estudio del Ararteko, 2006”.

Saludos y hasta pronto.

Educación para la convivencia y la paz en los centros escolares de la Comunidad Autónoma del País Vasco

En la Comunidad Autónoma Vasca, con posterioridad al año 2000, se han realizado tres investigaciones que abordan el problema del bullying. Se denominan “Educación para la convivencia y la paz en los centros escolares de la Comunidad Autónoma del País Vasco”, “El maltrato entre iguales, bullying en Euskadi”, y “Estudio del Arateko (Defensor del Pueblo Vasco). Aunque hablaremos de todos ellos, hoy sólo comentaré el primero de ellos, es decir, os hablaré del denominado “La Educación para la convivencia y la paz en los centros escolares de la Comunidad Autónoma del País Vasco”.

Los resultados de esta investigación se publican en el año 2004. Participan en la elaboración de la misma el Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social; el Departamento de Cultura, Dirección de juventud y Acción Comunitaria y el Departamento de Educación, Universidades e investigación del Gobierno Vasco.

Participan en el estudio alumnos/as, profesores/as y padres/madres de alumnos. La muestra final estaba compuesta por 2.052 alumnos/as de 16 ó más años (4º de ESO y post-obligatoria), 566 docentes, y 383 madres/padres de alumnos.

Se utilizan como instrumentos para la recogida de datos, por un lado, cuestionarios específicos para cada uno de los colectivos, y por otro, se recoge información cualitativa a partir de “grupos de discusión” formados por miembros de distintos centros. Un resumen de los resultados más relevantes se expone a continuación.

Teniendo en cuenta las respuestas de los alumnos, son los conflictos entre propios compañeros (36.3 %) los que con más frecuencia se producen en los centros educativos. Le siguen en importancia los conflictos entre los alumnos y los profesores (17.5 %).

Un elevado porcentaje de alumnos/as (41.9 %) temen que les “ridiculice” algún profesor/a, y que les “pregunten” durante la clase lo temen un 38.59 % de alumnos/as. Sólo un 12.6 % de escolares, temen ser “agredidos” por otros alumnos.

La incidencia de los distintos tipos de acoso, valorados según los alumnos/as en una escala tipo Likert con valores de 1 a 4, aparecen en el gráfico siguiente.

Incidencia de los distintos tipos de maltrato.

Se encuentran diferencias significativas en función del género. La mayor parte de los alumnos dicen que los chicos muestran más conductas de acoso en general, que las chicas, aunque la “violencia verbal” se da entre las chicas también con bastante frecuencia.

Se encuentran relaciones entre las situaciones de violencia y el nivel socioeconómico del centro educativo. Las agresiones entre compañeros son más frecuentes en los colegios de nivel más bajo. Respecto a la titularidad del centro también se observan diferencias. Las conductas de acoso son más frecuentes en los centros públicos que en los privados.

Ante la pregunta de cómo afrontan los profesores estas situaciones de acoso, la mayoría de los escolares dicen, que cuando suceden estos hechos los profesores “no se enteran”.

Cuando los alumnos responden sobre los tipos de conductas inadecuadas que realizan ellos hacia sus profesores, señalan como más frecuente la “indiferencia y el pasotismo”, seguidas por los “insultos y descalificaciones”. También, aunque en menor medida que las anteriores, y en orden decreciente, señalan los “destrozos a propiedades personales”, las “amenazas” y las “agresiones físicas”.

Cuando responden sobre las conductas inadecuadas de los profesores para con ellos, ocupa el primer lugar el “uso injusto de las evaluaciones”. Le siguen por este orden “indiferencia”, “insultos y descalificaciones”, “amenazas”, “agresiones físicas” y “destrozo de propiedades personales”.

Del cuestionario cumplimentado por los docentes, se observa que ellos piensan haber perdido autoridad, mientras que aumenta la violencia e indisciplina en los centros. Atribuyen especialmente la responsabilidad de las conductas inadecuadas de los alumnos, al contexto familiar de estos y se inclinan por abordar este tipo de conductas inadecuadas, desde una perspectiva educativa más que punitiva.

Como conclusión final, los autores del trabajo a partir de la observación de la calidad de las relaciones interpersonales que existen en los centros, consideran que la indisciplina y la violencia no superan lo que se consideraría habitual, y puede por tanto hablarse de una buena convivencia en los centros escolares del País Vasco, si bien, esta convivencia es mejor en los niveles de Primaria que en los de Secundaria.

Otro día os hablaré del segundo estudio que cité al principio, denominado “El maltrato entre iguales, bullying en Euskadi”.

Saludos y hasta pronto.

Agresividad en las aulas: factores de riesgo y afrontamiento (curso de verano UNED 2010)

Entre los Cursos de Verano que la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) ofrece para este verano 2010 en Ávila (5-9 de julio), hay uno referido al “acoso entre iguales”. Se denomina “Agresividad en las aulas: factores de riesgo y afrontamiento”.

En este curso, el martes 6/07/2010, yo imparto dos ponencias seguidas. Desde las 10  hasta las 14 horas hablaré de las actuaciones concretas que frente al bullying deben realizar los Equipos Directivos, la Jefatura de Estudios, el claustro de profesores, el tutor, el Departamento de Orientación, los padres de alumnos, y otras instituciones implicadas (poder judicial, medios de comunicación, poderes educativos, y administraciones locales).

El miércoles 7/07/2010, a las 12 horas, participaré en una mesa redonda dónde se abordarán las «Actuaciones desde diferentes campos profesionales ante la violencia escolar» ; y el jueves 8/07/2010, a las 17 horas, participaré en otra mesa redonda que aborda las «Implicaciones de la agresividad en el aula».

El programa completo del curso podéis verlo en la siguiente dirección:

http://portal.uned.es/portal/page?_pageid=93,22547880&_dad=portal&_schema=PORTAL&idCurso=022

La asistencia al curso, está reconocida por el Ministerio de Educación con 3 créditos, y en él se intenta proporcionar un amplio conocimiento teórico sobre el tema del «bullying» o “acoso entre compañeros”, con el fin de facilitar las diferentes pautas y estrategias de actuación que posibiliten el afrontamiento efectivo de este tipo de problemas. En definitiva, el principal objetivo es enseñar a contextualizar el problema, y responder de forma efectiva desde cualquiera de las funciones que el docente estuviese desempeñando (profesor de materia, profesor tutor, orientador, Jefe de Estudios, Dirección). A su vez, se persigue  concienciar socialmente, de la importancia del problema porque solo tras esa concienciación, se mostrarán actitudes positivas y se implicarán activamente en programas para prevenir, detectar y resolver la violencia entre compañeros, minimizándose así de forma importante sus gravísimas consecuencias.

Informe del Defensor del Pueblo 2007 (V).

Continuamos hoy con el Informe del Defensor del Pueblo 2007. Este es el quinto y último artículo (V) de los cinco que conforman el resumen completo de ésta investigación.

Al igual que en el primer Informe del Defensor del Pueblo (2000), en éste, publicado en 2007, también responden en calidad de profesores los Jefes de Estudios de los centros participantes. Quiero hacer una reflexión en este punto, sobre el posible sesgo de los datos, pues creo que su validez y generalización podrían ser “discutibles” por el hecho de que quienes responden al cuestionario, por el “cargo” que desempeñan, no son, en la “acepción” completa y absoluta del término, “docentes al uso”.

Se les pregunta a los profesores (Jefes de Estudio) sobre la importancia que para el buen funcionamiento del centro, tienen una serie de factores. Los datos obtenidos, en la categoría de “muy importantes” aparecen en el gráfico siguiente.

Circunstancias problemáticas valoradas como “muy importantes” por los Jefes de Estudio en relación al funcionamiento del centro.

Observamos, a partir de los datos, que los conflictos y agresiones entre los alumnos en la categoría de “muy importante” no es precisamente lo que genera la mayor preocupación de los profesores, quedando relegado ese motivo al cuarto lugar. Ello tiene cierta lógica si se observa desde la perspectiva de la Jefatura de Estudios que es responsable de que “todo” en el centro, funcione correctamente.

Cuando se les pregunta sobre la incidencia e importancia que para la buena marcha de la vida diaria en el centro, tienen diferentes conflictos de convivencia, también atendiendo a la categoría de “muy importante”, se obtienen los datos que aparecen en el siguiente gráfico.

Valoración sobre la importancia de diferentes conflictos en la vida diaria, según los Jefes de Estudio.

A partir de los datos se observa que las agresiones entre alumnos es el tercer conflicto que más les preocupa a los docentes (46 %). De los problemas presentados es el absentismo el que “menos preocupa” a los docentes, al ser señalado con una frecuencia bastante menor que el resto de los conflictos (25 %).

Estos conflictos, para el 81.7 % de los docentes han aumentado en los centros escolares (aumentaron “ligeramente” para un 50 %, y aumentaron “drásticamente” para un 31.7 %). Para un 11.3 % de los docentes, los conflictos se han mantenido “igual” que en años anteriores, y piensan que han “disminuido ligeramente” el 6.7 % de los profesores. Un 0.3 % de los docentes opinan que los conflictos han “disminuido drásticamente”.

Cuando a los docentes (Jefes de Estudio) se les pide opinión sobre el conocimiento que ellos tienen en relación al maltrato entre compañeros que sucede en sus institutos, se obtienen los datos que aparecen en el gráfico siguiente.

Opinión de los Jefes de Estudio en relación a si se enteran o no de las situaciones de “acoso”.

A partir de los datos, se observa que son pocos (10.7 %) los profesores (Jefes de Estudio) que creen “que se enteran siempre” de las situaciones de maltrato sucedidas entre los escolares de su instituto, si bien, un elevado porcentaje (62 %) afirman que “a menudo se enteran”. Creo que ese porcentaje descendería de forma importante si los profesores que contestaron al cuestionario no hubiesen sido Jefes de Estudio, quienes en realidad, por el cargo que desempeñan, son receptores de todo tipo de información relativa a estos temas, aportados por los demás docentes.

En definitiva, el “acoso entre compañeros” en opinión de los docentes (Jefes de Estudio), sería valorado como de una importancia “media”, siendo consideradas más importantes las agresiones de alumnos a profesores y las conductas disruptivas que varios alumnos/as presentan durante las clases. Además, de entre seis factores negativos, el “acoso entre compañeros” ocupa el cuarto lugar.

También, a los Jefes de Estudio, para observar el “acoso entre compañeros” desde la perspectiva que el desempeño de su cargo les confiere (respecto a información) se les preguntó sobre la frecuencia con que los diferentes tipos de maltrato ocurrían en su instituto. Los datos obtenidos aparecen en la tabla siguiente.

Porcentajes de docentes (Jefes de Estudio) que informan sobre los tipos de maltrato producidos en su instituto.
Tipo del maltrato “A veces” “En muchos casos” Total
Ignorar 75.7 8.3 84
No dejar participar 69 5.3 74.3
Insultar 65.3 27.7 93
Poner motes ofensivos 61.7 31.7 93.3
Hablar mal de otros 62.3 25.7 94
Esconder cosas 69.3 19.3 88.7
Romper cosas 64.3 4.7 69
Robar cosas 64.7 4.7 69.3
Pegar 64.3 2 66.3
Amenazar para meter miedo 71.3 13 84.3
Obligar con amenazas 36.3 1 37.3
Amenazar con armas 10.3 10.3
Acoso sexual 13 0.7 13.7

Además, para observar el maltrato entre iguales desde la perspectiva de los docentes, y no como Jefes de Estudio, se les pide (a los Jefes de Estudios) que señalen los diferentes tipos de maltrato que se han producido en sus propias aulas durante sus clases, como responsables de un grupo de alumnos/as. Los datos obtenidos aparecen en la siguiente tabla.

Porcentajes de profesores que informan sobre los tipos de maltrato producidos en su aula (Jefes de Estudio).
Tipo del maltrato “A veces” “En muchos casos” Total
Ignorar 64 4.3 68.3
No dejar participar 47.3 2 49.3
Insultar 56.7 13 60.7
Poner motes ofensivos 58.3 18.7 77
Hablar mal de otros 66 16.7 82.7
Esconder cosas 54.3 14.3 68.7
Romper cosas 40.7 3 43.7
Robar cosas 43 3.3 46.3
Pegar 34.7 1.7 36.3
Amenazar para meter miedo 47.3 11 58.3
Obligar con amenazas 23.7 0.7 24.3
Amenazar con armas 4 0.3 4.3
Acoso sexual 6.7 0.3 7

Se observa a la vista de los datos ofrecidos en las dos tablas anteriores, (en ambas categorías “a veces” y “en muchos casos”), que las frecuencias de cada tipo o modalidad de maltrato descienden considerablemente cuando los Jefes de Estudio no contestan como tal al cuestionario, sino que lo hacen como profesores de un grupo/clase de escolares. Cuando lo hacen desde esta perspectiva los niveles de incidencia de los diferentes tipos de “acoso” se asemeja a la aportada por los escolares cuando contestaban en calidad de “testigos” u “observadores”, si bien, con porcentajes algo inferiores a aquellos en la mayoría de las modalidades de maltrato.

Los escenarios donde con más frecuencia suele producirse el maltrato según los profesores/as (Jefes de Estudio), son el “patio”, la “clase”, y los “pasillos”. Como excepción, las “amenazas con armas” suceden más frecuentemente, según los Jefes de Estudio, a la salida del instituto (48.4 %), y “fuera del centro” (por alumnos del instituto 35.5 % y por alumnos de otros centros, 19.4 %).

El informe del Defensor del Pueblo 2007, trata también de averiguar, a partir de determinadas preguntas del cuestionario, cuales son los aspectos o factores que según los profesores/as, influyen para que un alumno/a se convierta en “víctima” continuada de malos tratos por parte de algún o algunos de sus compañeros/as, y cuáles son los motivos que con su influencia, hacen que un escolar se convierta en “agresor”. Los datos obtenidos aparecen respectivamente, en los gráficos siguientes.

Valoración de las causas que en opinión de los Jefes de Estudio propician que un alumno/a se convierta en “víctima”.

Valoración de las causas que en opinión de los Jefes de Estudio hacen que un alumno/a se convierta en “agresor” sistemático.

A partir de los datos observamos que los profesores (Jefes de Estudio) consideran que son especialmente las variables de tipo social, las que inciden de forma más importante en que un alumno/a se convierta en “víctima” de acoso por parte de otro compañero. Sitúan en los primeros lugares las características de la “personalidad del alumno/a” (78 %) y la “falta de amigos” (70.7 %). El resto de variables se sitúa en porcentajes notablemente inferiores. Por otro lado el hecho de que algunos escolares “maltraten” a otros es observado por los profesores como algo que no está en su mano resolver, pues lo atribuyen mayoritariamente a razones ajenas a la práctica docente (por lo que queda fuera de su control). Los profesores sitúan la “falta de disciplina escolar” y el “tipo de organización y clima del centro” en quinto y sétimo lugar respectivamente, adjudicando mayor relevancia a motivos “relacionados con la familia” y al “contexto social”.

A fin de observar cómo es la reacción de los centros ante las “agresiones entre iguales”, el cuestionario para profesores utilizado, incluía cuatro preguntas encaminadas a descubrir, por un lado, la forma de actuación del docente (desde la perspectiva de profesor de aula, y desde la perspectiva de Jefe de Estudios) ante las situaciones de bullying, y por otro, la frecuencia con la que se ha actuado, en relación a varias “categorías” ofrecidas. A partir de los datos obtenidos puede concluirse que, cuando el maltrato es considerado “leve” o “menos grave” se utiliza mayoritariamente el “diálogo” a solas o en grupo y con las familias respectivas. A medida que aumenta la “gravedad del acoso” aumentan también el número de “partes”, los “expedientes del Consejo Escolar” y las sanciones “inmediatas”. En los juzgados sólo suelen denunciarse las “amenazas con armas”. Realmente, las denuncias a la policía y en los juzgados son muy poco frecuentes, y los conflictos suelen controlarse con medidas internas, si bien, el Departamento de Orientación es un recurso poco utilizado (25 %).

En relación a las actuaciones que se llevan a cabo en los centros para prevenir los conflictos relacionados con la convivencia, los Jefes de Estudio valoraron sobre una relación dada, las que se realizaban en su instituto. Los datos obtenidos aparecen en el gráfico siguiente.

Acciones (en porcentajes) que se realizan en los institutos para prevenir los conflictos de convivencia, según los Jefes de Estudio.

Observamos a partir de los datos que en un elevado porcentaje de centros (94.7 %) los tutores trabajan con sus alumnos/as programas de convivencia. Estos programas suelen se aportados por el Orientador/a del centro. Resulta paradójico que utilicen estos programas tan elevado número de docentes, y sea requerido el Departamento de Orientación para resolver este tipo de conflictos, sólo en un 25 % de ocasiones.

Además de la valoración anterior los Jefes de Estudio sugieren, a partir de preguntas “abiertas”, diferentes actuaciones o medidas, de las que en el gráfico siguiente se recogen aquellas que superan la frecuencia del 8 %. Las respuestas expresadas en diferentes términos, se agrupan por temática.

Otras acciones (en porcentajes) que sugieren los Jefes de Estudio para afrontar el bullying.

A partir de los resultados aportados por los dos gráficos anteriores, podría decirse que los Jefes de Estudio responden (tanto por las actividades “valoradas”, como por las sugeridas por ellos mismos) a un enfoque más preventivo que sancionador.

Con este quinto artículo (último de una serie de cinco), doy por terminado el resumen completo de este estudio, sin duda, la mejor investigación realizada en España en relación al la incidencia del Bullying o “acoso entre iguales”.

Otro día hablaremos de otros estudios.

Saludos y hasta pronto.

Informe del Defensor del Pueblo 2007 (IV).

Continuamos hoy con el Informe del Defensor del Pueblo 2007. Este es el cuarto artículo (IV) de los cinco, que conformarán el resumen de ésta investigación.

En relación al escenario o espacio dónde ocurren los abusos, los alumnos víctimas identifican o concretan los lugares en donde otros escolares les “acosan”. La siguiente tabla pone de manifiesto los datos.

Lugares en donde según las víctimas se realizan los distintos tipos de acoso (porcentajes).
Tipo de maltrato
Patio
Aseos
Pasillos
Clase sin
profesor
Clase con
profesor
Comedor
Salida
Cualquiera
Ignorar
33.2
2.9
8.4
34.7
20.4
1.5
6.6
17.9
No dejar participar
43.4
0.9
4.3
20.9
31.5
1.3
3.4
6.4
Insultar
33.1
2.5
15.5
35
17.3
1.4
5.1
19.6
Poner motes ofen.
24.8
2.8
11.3
37.1
19.3
1
4.1
24.6
Hablar mal de otros
31
3.2
10.8
21.8
8.4
2.1
5.1
33.1
Esconder cosas
5.9
1.2
2
70.4
23.2
0.5
0.7
6.2
Romper cosas
6.1
2
4
68.7
22.2
1
1
7.1
Robar
7.7
1.8
2.4
69
17.9
1.2
0.6
7.1
Pegar
39.2
4.9
11.8
38.2
8.8
2
5.9
15.7
Amenazar met. Mie.
27.1
5.4
13.9
31.9
8.4
0.6
11.4
15.1
Obligar con amenaz.
42.1
0.0
15.8
21.1
5.3
5.3
10.5
5.3
Amenazar con armas
31.3
12.5
6.3
0.0
12.5
0.0
12.5
6.3
Acoso sexual
28
4
16
32
12
0.0
8
24

Se observa que el aula es el lugar donde se producen la mayoría de los maltratos, tanto cuando está como cuando no está presente el profesor. Si bien, la frecuencia es mayor cuando no está presente en el aula el docente.

El tipo de maltrato relacionado con la exclusión social, que se concreta en “ignorar” y en “no dejar participar” se produce mayoritariamente en el patio de recreo, seguido del aula. Las agresiones verbales, identificadas con “insultar”, “poner motes ofensivos” y “hablar mal de otros compañeros”, también se producen mayoritariamente en el aula (en ausencia del profesor) seguido del patio de recreo. Le siguen en orden de frecuencia, el aula (con el profesor presente) y los pasillos. En definitiva, las agresiones verbales se sitúan en muchos escenarios diferentes.

Los tipos de maltrato de “Esconder”, “romper” y “robar” cosas (agresiones físicas indirectas) son localizados mayoritariamente en el aula, especialmente cuando no está presente el profesor. Pero también cuando el docente está en el aula se llevan a cabo estos tres tipos de maltrato en porcentajes elevados (23.2 %, 22.2 % y 17.9 % respectivamente).

“Pegar” (agresiones físicas directas), suele producirse con mayor frecuencia en el patio de recreo, seguido del aula en ausencia del profesor.

“Los chantajes y amenazas” se producen mayoritariamente en el aula (sin profesor), en el patio de recreo y en los pasillos.

El “acoso sexual” se sitúa mayoritariamente en el aula (en ausencia del profesor), seguido del patio de recreo y pasillos.

En definitiva, el aula en ausencia del docente, es el primer lugar en que se sitúan prácticamente la totalidad de las modalidades de maltrato, a excepción de los “chantajes”, el “no dejar participar” y las “amenazas con armas”, más frecuentes en el patio de recreo, siendo éste, el patio, el segundo lugar donde con gran frecuencia se ejercen los diferentes tipos de “acoso”.

Cuando se les pregunta a los escolares que se reconocen “víctimas” sobre a quien o a quienes comunican lo sucedido, se obtienen los datos que aparecen en el gráfico siguiente.

A quien cuentan los alumnos víctimas lo que les está ocurriendo.

Los alumnos/as que sufren “acoso”, según los datos, lo cuentan mayoritariamente a sus amigos (60.4 %). Un 36.2 % dice contarlo a su familia. En los profesores/as se confía en menor medida, porque solo cuentan el problema a los docentes el 14.2 %, y son muy pocos los que hablan con el Orientador/a o con los servicios de ayuda (2.2 % y 0.9 % respectivamente). Por otro lado, un elevado porcentaje de alumnos/as maltratados (11 %) no cuenta a nadie lo que le sucede, con las consecuencias negativas que ello le puede suponer.

Cuando se les pregunta a los alumnos “víctimas” si alguien interviene para ayudarles, se obtienen los datos que aparecen en el siguiente gráfico.

Quien interviene cuando ocurre el maltrato, según las víctimas.

Las respuestas dadas, aunque no son coincidentes, están en la línea de las obtenidas cuando se les pregunta sobre a quien lo cuentan. Ello se debe a hechos como que un escolar puede recibir ayuda de otra persona a pesar de no haberlo comunicado a nadie, o dos alumnos pueden decir que “no interviene nadie” a pesar de que uno lo haya comunicado a alguien y el otro no. Se observa que son los amigos mayoritariamente quienes les ayudan (68.5 %), y un 12.9 % de escolares “acosados” dice que no interviene nadie.

En el informe también se aportan los datos desde la perspectiva de los escolares “agresores”. Al preguntarles a éstos “cuando tú te metes con alguien continuamente ¿qué hacen tus compañeros?”, se obtienen los datos que aparecen en el gráfico siguiente.

Acciones de los compañeros (según los agresores) ante las agresiones ejercidas.

Es decir, según los “agresores”, la respuesta más frecuente de sus compañeros ante el “acoso” que él ejerce hacia otros escolares, es la pasividad, e incluso, un elevado porcentaje de alumnos se “ponen de su parte” y “refuerzan sus conductas” ayudándole o animándole. Solo un 5.5 % de escolares rechazan, según el agresor, este tipo de acciones.

Cuando son los alumnos “observadores” o “testigos” quienes responden a la pregunta de “Ante las situaciones de maltrato ¿tú que haces?”, se obtienen los datos que aparecen en el gráfico siguiente.

Qué hacen los testigos ante las situaciones de maltrato.

A partir de los datos, observamos que una mayoría de escolares de secundaria (48.7 %) dicen intervenir y cortar la situación de maltrato si la víctima es un amigo/a. Incluso cuando la víctima no es amigo/a dicen intervenir también un 30.8 %. Menos de un 2 % de alumnos “observadores”, concretamente el 1.8 % reconocen “meterse con la víctima”, porcentaje muy inferior al que dicen los “agresores” que cuando ellos se meten con alguien les “animan o ayudan” (26.5 %).

Se pregunta también a los escolares, cuál es la reacción de los profesores/as ante las situaciones de “acoso” o “abuso” de determinados alumnos sobre otros. El gráfico siguiente muestra los datos que se obtuvieron.

Acciones de los docentes, según los alumnos, ante las situaciones de maltrato.

Observamos que, según los escolares, menos de un tercio de los docentes (29.8 %) castigan a los alumnos/as agresores. Afirman también el 26.4 % de ellos, que los profesores, ante esas situaciones no hacen nada, porque no se enteran (19.8 %), o porque, aun conociendo los hechos, se desentienden del problema (6.6 %). Así no es extraño que algunos alumnos/as sientan miedo de ir al colegio. Preguntados por la frecuencia con la que sienten miedo de ir al instituto, un 76.4 % de alumnos/as afirman no sentir miedo “nunca”, un 21.3 % de escolares dicen haberlo sentido “alguna vez”, el 1.7 % dice sentir miedo “a menudo”, y el 0.6 % afirma sentirlo “casi todos los días”. Los motivos de esos miedos (en porcentajes), aparecen en el siguiente gráfico.

Motivos por los que los escolares sienten miedo de ir al instituto.

A partir de los datos, observamos que casi una cuarta parte de escolares de ESO tienen (por distintos motivos y con diferente frecuencia) miedo a ir al instituto, siendo los principales motivos el “trabajo académico” y «algún»o «algunos» compañeros.

Bueno, lo dejamos por hoy. Otro día continuaremos con esta investigación. Al artículo (que será el ultimo relativo a este estudio) lo llamaremos “Informe del Defensor del Pueblo 2007 (V)”.

Saludos, y hasta pronto.



Informe del Defensor del Pueblo 2007 (III).

Continuamos hoy con el Informe del Defensor del Pueblo 2007. Este es el tercer artículo (III) de los, al menos cinco, que conformarán el resumen de ésta investigación.

El informe del Defensor del Pueblo, observa también, además de la incidencia de ciertas variables, las características de los protagonistas (quienes protagonizan el maltrato: curso, género), los lugares en donde se produce y las circunstancias que posibilitan el maltrato. En la siguiente tabla, se observan los porcentajes en que según los escolares víctimas, se manifiestan los diferentes tipos de maltrato en función del curso al que pertenecen los escolares agresores.

De qué curso son los agresores, para cada tipo de maltrato según las víctimas.
Tipo de
Maltrato (%)
De mi
clase
De otra clase
Pero del
mismo curso
De un curso
superior
De un
curso
inferior
De fuera
del centro
Me ignoran
71.8
18.7
12.9
3.4
7.1
No me dejan participar
78.1
16.1
5.4
4.5
0.8
Me insultan
68.7
20.9
15.3
6.4
8.1
Me ponen motes ofensivos
76.9
17.8
12.6
4.3
5.2
Hablan mal de mi
66.7
22.9
11.7
6.5
9.6
Me esconden cosas
92.2
5.4
2.2
1.1
1.6
Me rompen cosas
82.2
11.9
6.9
4
2
Me roban cosas
82
6.6
10.4
5.5
3.8
Me pegan
65.2
17.9
18.8
9.8
9.8
Me amzan. con meter. Miedo
55.1
16.8
19.5
7
13
Me obligan con amenazas
73.7
21.1
5.3
15.8
0.0
Me amenazan con armas
40
13.3
20
20
13.3
Me acosan sexualmente
50
15.4
19.2
23.1
11.5

A partir de los datos observamos que la mayor frecuencia en todos los tipos de maltrato, son cometidos por escolares de la misma clase que la víctima. La exclusión social concretada en “ignorar” y en “no dejar participar”, suele ser, en porcentajes muy importantes (71.8 % y 78.1 %  respectivamente) protagonizada por compañeros/as de la clase del escolar víctima, aunque también es elevada la frecuencia en que lo protagonizan chicos y chicas del mismo curso pero de otra clase; y alumnos/as de un curso superior en lo que se refiere a “ignorar” (12.9 %).

Respecto a las agresiones verbales, concretadas en “insultos”, “motes ofensivos” o “hablar mal de otros”, también, con diferencia, suelen ser llevadas a cabo por compañeros de la propia clase que el alumno víctima. De todas formas existe un elevado número de agresores que “acosan” con estos tipos concretos de maltrato, y son del mismo nivel, aunque de una clase diferente (20.9 %, 17.8 %, y 22.9 % respectivamente), o de un curso superior (15.3 %, 12.6 %, y 11.7 % respectivamente). También hay agresores identificados en cursos inferiores, si bien el porcentaje (6.4 %, 4.3 % y 6.5 % respectivamente) es menor. Incluso, los escolares víctimas declaran que alumnos de otros centros (de fuera del centro) les “insultan” (8.1 %) y “hablan mal de ellos” (9.6 %).

Respecto a las agresiones físicas indirectas concretadas en “esconder cosas”, “romper cosas” y “robar”, al igual que en las agresiones verbales, la mayor frecuencia de estos tipos de “acoso” lo realizan escolares de la misma clase que la victima (92.2 %, 82.2 % y 82 % respectivamente). Aunque no tan elevadas pero sí importantes, son las frecuencias relativas a “romper cosas” por alumnos de un mismo curso pero de otra clase (11.9 %) y el sufrir “robos” de pertenencias por parte de un alumno/a de cursos superiores (10.4 %).

En relación a la agresión física directa, es decir, “pegar”, suele ser principalmente llevada a cabo por compañeros de la propia clase (65.2 %). Pero también es importante el porcentaje de alumnos de otra clase (del mismo nivel) o de un curso superior (17.9 % y 18.8 % respectivamente) que pegan a otros alumnos.

Los tipos de maltrato que conllevan amenazas y chantajes concretados en “me amenazan con meterme miedo”, “me obligan con amenazas”, y “me amenazan con armas” son mayoritariamente producidas por alumnos de la misma clase que las víctimas (55.1 %, 73.7 % y 40 % respectivamente).

En relación al acoso sexual, el informe registró 26 casos en la totalidad de la muestra, y 13, es decir, la mitad de ellos (50 %), identifican a compañeros/as de su clase como agresores. En un 11.5 % de casos se identifica este tipo de agresión con personas ajenas al centro educativo; en un 23.1 % de los casos se relaciona con alumnos de un curso inferior, y en el 19.2 %, con alumnos de un curso superior. También, en el 15.4 % de los casos se identifica al agresor como alumno del mismo curso pero de diferente clase.

Cuando se les pregunta a los alumnos sobre el género y el número de quien agrede, una mayoría dice que son chicos solos o en grupo, con la excepción del tipo de maltrato “hablar mal de otros” en que son mayoritariamente grupos solo de chicas o mixtos los que más lo realizan. En la tabla siguiente se muestran los datos.

Porcentajes relativos al género y numero de los que según las víctimas llevan a cabo los distintos tipos de maltrato.

Tipo de

Maltrato (%)

Un

chico

Unos

chicos

Una

chica

Unas

chicas

Chicas/os
Me ignoran 14.2 32.5 7.6 17 26.6
No me dejan participar 18.7 42.6 6.4 11.1 19.1
Me insultan 27.8 41.9 5.5 8.1 15.5
Me ponen motes ofensivos 27.1 47.1 4 4.2 15.2
Hablan mal de mi 13.4 20.3 14.3 27.1 23.9
Me esconden cosas 34.8 39.1 6.1 6.6 12.7
Me rompen cosas 33.3 48 3.9 2.0 11.8
Me roban cosas 35.1 31 10.7 3.6 17.3
Me pegan 40.4 43.3 5.8 2.9 5.8
Me amzan. con meter. Miedo 36.7 32.8 13 8.5 7.9
Me obligan con amenazas 31.6 42.1 15.8 5.3 5.3
Me amenazan con armas 50 31.3 6.3 0.0 6.3
Me acosan sexualmente 24 48 4 24 0.0
Las cifras en negrita indican diferencias estadísticamente significativas (p<0.001)

A partir de los datos se observa que el maltrato de «exclusión social» concretado en «ignorar» y en «no dejar participar» son protagonizados en su mayoría por grupos, y especialmente por grupos de alumnos varones (32.5 % y 42.6 % respectivamente para cada uno de los maltratos citados, frente al 26.6 % y 19.1 % de casos protagonizados por grupos mixtos de chicos y chicas). Le siguen en frecuencia los grupos de chicas (17 % y 11.1 % respectivamente para cada maltrato).

Respecto a las agresiones de tipo verbal, que se concretan en “insultar” y en “poner motes ofensivos”, también son protagonizados mayoritariamente por chicos, especialmente actuando en grupo (41.9 % y 47.1 % respectivamente para cada modalidad). A su vez, casi un tercio de los alumnos “acosados” (27.8 % y 27.1 %) dice que es un chico quien le insulta y le pone motes ofensivos, frente al 5.5 % y 4 %, para quienes son chicas quienes les agraden de esta forma. Este tipo de maltrato verbal (“insultar” y “poner motes ofensivos”) es ejercido también según las víctimas, por grupos mixtos de chicas y chicos (15.5 % y 15.2 % respectivamente).

La modalidad de maltrato de “hablar mal” de un compañero/a es protagonizado en mayor medida por chicas actuando en grupo (27.1 %). Le siguen en frecuencia los grupos de chicos y chicas (23.9 %) y grupos de chicos (20.3 %). Ello indica el carácter grupal (aunque también “hablan mal” de otros compañeros chicos y chicas individualmente) con que se ejerce este tipo de “acoso”.

En relación a  las agresiones físicas indirectas, que se concretan en “esconder” cosas, “romper” cosas y “robar” cosas, son protagonizadas mayoritariamente por chicos, bien actuando en grupo (39.1 %, 48 % y 31 % respectivamente para cada modalidad), bien actuando de forma individual (34.8 %, 33.3 % y 35.1 % respectivamente). En el 12.7 % (esconder cosas), 11.8 % (romper cosas) y 17.3 % (robar cosas) de los casos, las agresiones físicas indirectas son realizadas por grupos mixtos de chicos y chicas. A una chica sola, como única autora de estas modalidades de maltrato la identifican respectivamente para cada modalidad un 6.1 %, 3.9 % y 10.7 % de los escolares víctimas.

Respecto a la agresión física directa, es decir, “pegar”, son también mayoritariamente chicos quienes en grupo (43.3 %) o individualmente (40.4 %) ejercen esta modalidad de maltrato. Las chicas solas, o junto con chicos en grupos mixtos, lo hacen en el 5.8 % de los casos.

Referido a las modalidades de acoso que utilizan el chantaje y las amenazas (“me amenazan para meterme miedo” y “me obligan con amenazas”) son también los chicos en grupo (32.8 % y 42.1 % respectivamente para cada modalidad) o individualmente (36.7 % y 31.6 % respectivamente) quienes ejercen mayoritariamente esta modalidad de acoso. Una chica sola lo ejerce con menor frecuencia (13 % y 15.8 % respectivamente).

Las “amenazas con armas” suelen realizarlas mayoritariamente los chicos actuando individualmente (50 % de los casos) o en grupo (31.3 %). Una chica sola, o actuando en grupos mixtos de chicos y chicas, lo realizan, según las víctimas, en una u otra forma, en el 6.3 % de los casos.

La modalidad de maltrato “acoso sexual” es protagonizada, como prácticamente el resto de modalidades, mayoritariamente por alumnos varones (actuando en grupo el 48 % de las ocasiones, y actuando de forma individual el 24 % de las veces). También, en el 24 % de ocasiones, es un grupo de chicas quienes “acosan” de esta forma, y una chica sola es identificada en el 4 % de las ocasiones.

El Informe del Defensor del Pueblo también incluye información referida a las “bandas” juveniles por el impacto social y mediático que en los últimos tiempos han tenido las actividades de tipo delictivo que ha protagonizado. La tabla siguiente muestra los resultados.

Datos en porcentajes relativos a las actuaciones de las “bandas”.
Acciones
Nunca
A veces
En muchos casos
Bandas de alumnos se meten con uno
45.6
43.1
11.2
Bandas de alumnos se meten con grupos
58.8
34.3
6.9
Bandas se meten con bandas
72.3
22.6
5.2
Bandas de alumnos de fuera se metencon alumnos/as
55.5
34.5
10

Los datos indican que en los institutos de Educación Secundaria existen “bandas de alumnos” que actúan contra escolares. Lo dice el 54.3 % de los alumnos encuestados. Y están formadas por chicos ajenos al centro, y por alumnos del propio instituto. Preferentemente (a la vista de los datos) suelen actuar contra escolares solos o contra grupos de alumnos que no forman “bandas” en el sentido estricto del término.

Los datos respecto a las relaciones de convivencia que mantienen los alumnos entre sí, y las relaciones que éstos mantienen con sus profesores, se observan en los siguientes gráficos.

Respuestas de los alumnos sobre sus relaciones con otros alumnos.

Respuestas de los alumnos sobre sus relaciones con los profesores.

Observando de los datos vemos que una mayoría de alumnos están satisfechos con las relaciones que mantienen con sus compañeros, pero un 5 % de ellos admiten unas relaciones mínimas. Un elevado porcentaje de escolares ha visto agresiones de alumnos a profesores, y aproximadamente la mitad de ellos, ha presenciado agresiones de docentes hacia alumnos.

Bueno, lo dejamos por hoy. Otro día continuaremos con esta investigación, y al  nuevo artículo lo llamaremos “Informe del Defensor del Pueblo 2007 (IV)”.

Saludos, y hasta pronto.

Informe del Defensor del Pueblo 2007 (II).

Continuamos hoy con el Informe del Defensor del Pueblo 2007. Este es el segundo artículo (II) de los, al menos cinco, que conformarán el resumen de ésta investigación.

Respecto a la victimización efectuada a través de la Red (Internet) o utilizando teléfonos móviles, el cuestionario utilizado incluía preguntas o cuestiones al respecto. Algunos alumnos lo identifican como instrumentos de su “acoso”. Cuando se les pregunta por ello, se obtienen los datos que aparecen en los siguientes gráficos.

Maltrato a través de las nuevas tecnologías, según las víctimas, agresores y testigos.

Según las víctimas

Según los agresores

Según los testigos

A partir de los datos se observa que un 5.5 % de los escolares que admiten ser víctimas, apunta a las nuevas tecnologías como el instrumento de los abusos que recibe, si bien, un 5.1 % de los casos esporádicamente, y un 0.4 % como bastante frecuente (en muchos casos). Respecto a los agresores, la incidencia es de 4.8 % y 0.6 % respectivamente al señalar que lo hacen “a veces” y “en muchos casos”. En los testigos alcanza el 22 % en porcentaje de casos en los que se observa “a veces”, y a un 3 % cuando se observa “en muchos casos”.

Probablemente el hecho de utilizar estos instrumentos tecnológicos, más que una nueva forma de acoso o categoría de maltrato, sea una forma para hacer más ofensivos los abusos para la víctima. Se requieren por ello nuevos estudios para conocer la incidencia de las nuevas tecnologías en el acoso entre iguales.

Podría decirse según éstos datos, que la incidencia de los “maltratos” que utilizan las nuevas tecnologías (móviles e Internet), es bastante más baja en comparación con las frecuencias con que se producen el resto de los maltratos. Sin embargo, en los cursos posteriores a la realización del Informe del Defensor del Pueblo 2007, ese tipo concreto de “maltratos” ha aumentado considerablemente su frecuencia y gravedad.

En relación con los datos obtenidos a partir de los alumnos/as que se consideran a sí mismos “víctimas”, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en la incidencia de los distintos tipos de “acoso” en las diferentes Comunidades Autónomas.

Respecto al tamaño del hábitat dónde se ubica el centro, solo se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el tipo de maltrato “esconder cosas”. Se calificaron como “víctimas” de ello más alumnos de centros educativos ubicados en localidades de menos de 2.000 habitantes, que alumnos de centros ubicados en localidades mayores.

En lo que respecta a la titularidad del centro, los tipos de maltrato “hablar mal de otros” y el “no dejar participar” presentan diferencias estadísticamente significativas. Un 56.5 % de alumnos de centros privados, declaran que otros “hablan mal de ellos”, en los concertados, un 36.2 %, y en los públicos un 28.9 %. Así mismo declaran también que “no les dejan participar” (en relación a la categoría “a veces”) un 9.9 % de alumnos de centros concertados, y un 5.7 % de escolares de centros públicos.

Respecto a la variable género, se encontraron diferencias estadísticamente significativas en tres tipos de maltrato, “recibir motes ofensivos”, “hablar mal de mí” y “pegar”. Un 30.4 % de chicos, frente a un 23 % de chicas, declara que algún compañero/a le “pone motes ofensivos”, y un 5.9 % de chicos dice que “le pegan”, frente a un 1.9 % de chicas que dice recibir ese tipo de maltrato concreto. Los datos se invierten respecto al tercer tipo de “acoso” en que se encuentran diferencias estadísticamente significativas, porque declaran que “hablan mal de mí” un 37.7 % de chicas, frente al 25.4 % de chicos.

Cuando se relaciona el género y el curso, en 1º de ESO hay más chicos (14.2 %) que chicas (5.4 %) a las que “no les dejan participar”.

Respecto a la variable origen (nacional o inmigrante) de los escolares de la muestra, solo se encontraron diferencias estadísticamente significativas en dos tipos de acoso, concretamente en “ser ignorado” y “amenazas con armas”. El colectivo inmigrante representa en esta investigación el 7 % de la muestra total, y casi el 20 % de ellos afirman “ser ignorados”, y el 1.9 % dicen sufrir “amenazas con armas”. Se trata de un dato que debería ser tenido muy en cuenta, pues supone un importante incremento proporcional aunque en la muestra total sólo supone este tipo de maltrato el 0.4 %.

Cuando se valora la incidencia a partir de los datos aportados por los “agresores”, no se encuentran diferencias estadísticamente significativas ni en relación a la Comunidad Autónoma, ni en relación al hábitat. Es decir, el “acoso” resulta igualmente frecuente en el conjunto de todos los centros educativos del país, independientemente de su localización.

En relación a la titularidad del centro (pública o concertada) se encontraron diferencias estadísticamente significativas en los tipos de maltrato de “ignorar” y “hablar mal” de otros. Respecto a “ignorar”, en los centros concertados se declaran “agresores” un 37.6 % de alumnos/as frente al 29.9 % de escolares en los centros públicos. En cuanto al “hablar mal” de otros, también la incidencia de agresores es más elevada en los centros concertados, (41.5 %) frente al 32.1 % en la pública.

Respecto al género se encuentran diferencias estadísticamente significativas entre chicos y chicas “agresores” en los tipos de acoso “no dejar participar”, “insultar”, “poner motes ofensivos”, “hablar mal de alguien”, “esconder cosas”, “romper cosas”, “pegar”, “amenazar para meter miedo” y “acosar sexualmente”. Los chicos se declaran más agresores que las chicas en todos ellos, excepto en “hablar mal de otros”, en que reconocen hacerlo un 42.8 % de chicas agresoras, frente al 28.5 % de los chicos agresores, observándose en general más diferencias en el caso de los agresores que en el de las víctimas, en relación al género.

A partir de lo que declaran los agresores, en relación al curso (1º, 2º, 3º y 4º de ESO), también se encuentran diferencias estadísticamente significativas en los tipos de maltrato “ignorar”, “hablar mal de otros” y “pegar”. El gráfico siguiente muestra los datos. Se observa que la agresión física directa, es decir, “pegar”, es menos frecuente entre los escolares de 4º de ESO, aunque “ignorar” y “hablar mal” de otros, se producen con más frecuencia en este curso que en los demás.

Porcentaje de agresores de diferentes tipos de maltrato en función del curso.
Diferencias estadísticamente significativas (p<0.001)

Respecto al origen (nacional o inmigrante) no se encontraron diferencias estadísticamente significativas al analizar los datos que aportaron por los agresores/as.

A partir de los datos aportados por los “testigos” u observadores, se observa que no inciden en la frecuencia de los tipos de “acoso” ni la Comunidad Autónoma, ni el hábitat, ni la titularidad del centro. En relación al género, son más chicas que chicos quienes declaran ser testigos de cómo algunos compañeros “hablan mal de otros”, tipo de acoso en el que también, más chicas que chicos reconocen ser víctimas y agresoras.

También, a partir de los datos aportados por los “testigos”, el curso se asocia con diferentes tipos de “acoso”. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas en “ignorar”, “insultar”, “poner motes ofensivos”, “hablar mal de alguien”, “romper cosas” y “robar cosas”. Se observa en la siguiente tabla.

Porcentaje de testigos de diferentes tipos de maltrato en función del curso.
Tipo del maltrato 1º de ESO 2º de ESO 3º de ESO 4º de ESO
Ignorar 78.3 82 85.3 85.8
Insultar 85.8 90.2 90.7 92.4
Poner motes ofensivos 82.5 89.4 91.6 92
Hablar mal de alguien 83.5 90.4 91.4 93.4
Romper cosas 34.7 40.8 45.4 41
Robar cosas 37.4 43.2 48.9 51.3
En todos los porcentajes existen diferencias estadísticamente significativas (p<0.001)

Al tener en cuenta la variable origen (nacional o inmigrante), desde la perspectiva de los “observadores” o testigos se encuentran diferencias estadísticamente significativas en las acciones de “insultar” (90.4 % según los participantes nacionales, frente al 81.6 % de los participantes inmigrantes), “poner motes ofensivos” (89.7 % frente al 76.4 %) y “hablar mal de otros (90.3 % frente al 81.8 %).

En definitiva, los aspectos fundamentales de la incidencia diferencial podrían resumirse en que las variables Comunidad Autónoma y tamaño del hábitat (ciudad de ubicación del centro educativo) no son significativas en cuento a las frecuencias de aparición de los distintos tipos de “maltrato”, exceptuando el tipo de acoso “esconder cosas” que sí presenta relación con el tamaño del hábitat.

Los centros educativos concertados y privados presentan tendencia a mayores incidencias de maltratos que los centros públicos, encontrándose pocos testigos de “acoso” (“ignorar” y “hablar mal de otros”) con frecuencias de aparición estadísticamente significativas en función de la titularidad del centro.

La variable género incide de forma clara. Son más chicos que chicas los que agraden, y también son más chicos que chicas los que sufren un mayor número de abusos, sobre todo físicos. Las chicas, en cambio, tanto desde la perspectiva de “testigo”, de “agresoras” o de víctimas”, utilizan y sufren en mayor medida que los chicos, el maltrato de “hablar mal de otros” compañeros.

Otra variable a tener en cuenta es el curso. Los alumnos de 1º y 2º de ESO, declaran ser objeto de diferentes tipos de “maltrato” en mayor medida que los alumnos/as de 3º y 4º.

Respecto al origen de los participantes, un elevado número de escolares inmigrantes (significativamente mayor que los participantes de origen nacional) declaran ser “ignorados” y “amenazados con armas”.

Bueno, otro día seguiremos con éste artículo al que denominaré “Informe del Defensor del Pueblo 2007 (III).

Saludos y hasta pronto.

Informe del Defensor del Pueblo 2007 (I)

El resumen de este informe, lo presentaré fraccionado en cinco artículos (o más), para evitar que la lectura del post resulte demasiado larga y “pesada”. Identificaré cada uno de los artículos con el mismo título y las correspondientes (I), (II), (III), (IV), (V)… respectivamente.

Violencia escolar: el maltrato entre iguales en la Educación Secundaria Obligatoria 1999-2006”, es cómo en realidad se denomina  este informe, conocido coloquialmente como “Informe del Defensor del Pueblo 2007”.

Con esta investigación se replica otro estudio que fue realizado en 1999, con el objetivo de conocer la incidencia y evolución del fenómeno bullying en los siete años que median entre la realización de los dos informes (1999-2006). Sus autoras son Cristina del Barrio (Directora de la investigación), Ángeles Espinosa Bayul y Elena Martín Ortega.

Uno de sus objetivos consiste en conocer el grado real de incidencia de los diferentes tipos de acoso, desde la perspectiva de los propios protagonistas (víctima, agresor y testigo), intentando determinar los espacios o lugares en los que sucede el maltrato. Tiene en cuenta también su relación con diferentes variables (género, edad, nivel educativo, titularidad del centro (publico, concertado y privado) y ubicación del centro educativo (rural o urbano). incide también en las fórmulas empleadas por el profesorado para detectarlo y afrontarlo, y finaliza haciendo una comparación entre los resultados encontrados, y los resultados que se obtuvieron en la investigación de 1999.

Se trata, en mi opinión, del mejor estudio (junto con el de 1999) que se ha realizado sobre el tema en nuestro país. Y lo considero así, tanto por la elección de la muestra, como por los instrumentos usados y por el procedimiento metodológico utilizado.

La muestra total la formaron 3.000 alumnos/as, estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria en 300 Institutos, y 300 profesores/as (Jefes de Estudio de esos centros educativos). A lo largo del curso escolar 2005-2006, para su elección, se seleccionaron 600 centros de Secundaria, considerando un error muestral de +/- 2 (p=q=0.50 a un nivel de confianza del 95.5 %), de los que 300 quedaron como centros sustitutos y otros 300, como centros titulares, estableciéndose “afijaciones proporcionales” en función de la titularidad del centro (público, concertado y privado), tamaño de la ciudad de ubicación y Comunidad Autónoma. Para las variables género y nivel educativo se realizaron “afijaciones” simples.

De cada Centro escolar se eligió de forma aleatoria un grupo por curso, y por cada grupo, un chico y una chica. Se eligió además (también de forma aleatoria), otra pareja de alumno-alumna, completándose así 10 alumnos por cada Instituto. La distribución de la muestra en función del nivel educativo y del género, aparece en la siguiente tabla.

Distribución de los alumnos de la muestra en función del género y nivel educativo.
NIVEL 1º ESO 2º ESO 3º ESO 4º ESO
Chicos 374 373 377 377
Chicas 376 376 374 373
TOTAL 750 749 751 750

La distribución de la muestra en función de las “Comunidades Autónomas”, del tamaño de la “ciudad dónde se ubica”, y en función de la “titularidad del centro”, aparecen en los gráficos siguientes.

Distribución de la muestra por Comunidades Autónomas


Distribución de la muestra según el hábitat

Distribución de la muestra según la titularidad del centro

Para la recogida de datos se usan dos cuestionarios, uno para alumnos y otro para profesores (cumplimentados por los Jefes de Estudio de los centros) casi idénticos a los usados para la realización del Informe de 1999, si bien en estos últimos se incluyen algunas preguntas nuevas a fin de observar también las nuevas modalidades de maltrato (cyberbullying) realizado a través o con el apoyo de las nuevas tecnologías (teléfonos móviles e Internet).

Los resultados más relevantes (un resumen de ellos) se presenta a continuación.

La incidencia de los diferentes tipos de maltrato, desde la perspectiva de los alumnos/as que los han sufrido alguna vez (víctimas), aparece en el gráfico siguiente. Se observa a partir de los datos, que las conductas sufridas mayoritariamente por los alumnos de ESO son las agresiones de tipo verbal.

Porcentaje de escolares que  declaran haber sufrido diferentes formas de maltrato:

Según las víctimas

Algunos escolares reconocen ser agresores. Desde su perspectiva se obtiene una jerarquía de frecuencia de los distintos tipos de maltrato, muy similar a la ofrecida por los alumnos víctimas. Los datos se recogen en el siguiente gráfico.

Porcentaje de escolares reconocen actuar como agresores de otros compañeros en los diferentes tipos de maltrato

Según los agresores

Cuando se tiene en cuenta la perspectiva de los testigos u “observadores”, los porcentajes de los distintos tipos de acoso ascienden de forma importante. Los datos aparecen en el gráfico siguiente.

Frecuencias de los diferentes tipos de acoso  según los testigos u “observadores”.

Según los testigos

Ciertamente son bastante altos los porcentajes de escolares que dicen ser “testigos” de los maltratos ejercidos contra un compañero/a. Es lógico pensar que son muchos más los alumnos espectadores del acoso, que las víctimas o agresores de éstos. Pero el dato nos deja muy claro, que prácticamente todos los alumnos de cada clase son conocedores de este tipo de hechos y podrían identificar sin ningun género de dudas al compañero que lo está “pasando mal” y también a aquel o aquellos otros, que son los “responsables” de ello.

Bueno, por hoy, lo dejamos. Otro día seguiremos con la continuación de éste artículo al que denominaré “Informe del Defensor del Pueblo 2007 (II)”.

Saludos y hasta pronto.

Estudio Cisneros X. Violencia y acoso escolar

El “Estudio Cisneros X. Violencia y acoso escolar” se realiza a nivel nacional y se publica en el año 2006. Lo llevan a cabo Araceli Oñate  e Iñaki Piñuel, miembros del Instituto de Innovación Educativa y Desarrollo Directivo, para la empresa Mobbing Research. Se basa en las encuestas realizadas a 24.990 alumnos, con edades comprendidas entre 8 y 18 años, pertenecientes a 1.150 aulas completas, de Primaria, Secundaria y Bachillerato. Participan en el estudio escolares de 14 Comunidades Autónomas. Se utiliza el cuestionario AVE (Acoso y Violencia Escolar, 2006), que es administrado entre el 16 de mayo y el 20 de junio de 2006, bajo la supervisión de los tutores de cada clase. El error muestral es de +/- 0.94 % para un nivel de confianza del 99.7 % y n=p=0,50.

El instrumento utilizado, (el cuestionario AVE), incorpora nueve escalas clínicas: Ansiedad, Estrés postraumático, Distimia, Disminución de la autoestima, Flashbacks, Somatización, Autoimagen negativa y Autodesprecio.

Las 14 Comunidades Autónomas, en las que se desarrolla el estudio, son: Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla la Mancha, Castilla y León, Catalunya, Extremadura, Galicia, Madrid, Murcia, Navarra y Pais Vasco.

Un resumen de los resultados se presenta en los siguientes gráficos.

Violencia escolar por Comunidades Autónomas (Tasa de Acoso y Violencia).

Respecto a las modalidades de acoso, el estudio presenta ocho categorías diferentes, cuyo porcentaje de frecuencia aparece en el gráfico siguiente.

Modalidades de acoso y frecuencia de las mismas.

Cuando se les pregunta a los alumnos victimas del acoso escolar, sobre el tiempo que dura el proceso de victimización, un 25 % dice que “desde siempre”, un 28 % responde que “desde todo el curso”, un 22 % lo sufre “desde hace poco, unas semanas” y un 25 % es víctima “desde hace unos meses”.  Los autores del acoso aparecen en el siguiente gráfico.

Autores del acoso según los alumnos.


Al preguntar a los escolares vícatimas, las razones por las que ellos creen que otros les acosan, responden como se indica a continuación.

Razones por las que los alumnos creen que otros les acosan.
RAZONES                                               CHICOS                                   CHICAS
No lo se                                                    17.40 %                                  15.20 %
Porque les provoqué                                4.80 %                                     2.10 %
Porque soy diferente a ellos                    5.60 %                                     4.80 %
Porque soy más débil                               8.30 %                                     5.00 %
Por molestarme                                      10.10 %                                     9.70 %
Por gastarme una broma                        7.30 %                                     5.30 %
Porque me lo merezco                             1.40 %                                     0.70 %
Por envidia                                               6.70 %                                     8.60 %
Por otras razones                                     9.80 %                                     8.40 %

En relación a los comportamientos de acoso más frecuentes, el Informe Cisneros X, aporta un total de 18, cuyas frecuencias, valoradas por los alumnos, aparecen en el siguiente gráfico. El Informe ofrece por separado, los datos en Educación Primaria, en Educación Secundaria Obligatoria, en  Bachillerato, y los totales. Nosotros aportamos solamente los relativos a la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y al Bachillerato.

Comportamientos de Acoso y violencia escolar más frecuentes en ESO y Bachillerato.

Respecto a los alumnos “matones” o “bully”, al preguntárseles sobre cuáles son las razones por las que acosan o maltratan a otros compañeros, responden como se expone en el gráfico siguiente.

Razones por las que dicen los alumnos  “bully” que acosan a otros alumnos.

Los escolares víctimas de acoso y violencia escolar, presentan una sintomatología clínica determinada, unas secuelas psicológicas cuya frecuencia aparece se observa en el siguiente gráfico.

Sintomatología clínica entre los alumnos víctimas.

Concluyendo, según el Informe Cisneros X, desde la Educación Primaria a Bachiller, son víctimas de violencia y acoso escolar, uno de cada cuatro escolares, es decir, un 25 %. Un 75 % de los casos de acoso escolar, es decir, tres de cada cuatro casos, son reiterados desde bastante tiempo atrás: durante todo el curso ó desde hace unos meses.

A medida que los alumnos crecen (en edad), disminuye el riesgo de sufrir bullying, teniendo los niños de Primaria de siete y ocho años, cuatro veces más de riesgo, que los alumnos de 1º de Bachillerato. Como contrapartida, con la edad, el número de acosadores frecuentes se incrementa, y reproduce un fenómeno de habituación a la violencia, a la que muchos alumnos terminan viéndola y catalogándola como algo “sin demasiada importancia”.

Según este estudio, no hay un perfil determinante o concreto del alumno que sufre bullying. El niño acosado puede ser cualquiera. Pueden ser acosados niños absolutamente normales, felices e incluso “brillantes” académicamente, siendo además, en muchas ocasiones, puntual e insignificante el “hecho” o “motivo” que desencadena el acoso. Cualquier detalle mínimo puede hacer que un alumno agresor tome a otro alumno como “presa”.

Como dato positivo, el Informe concluye que un 75 % de los niños acosados, es decir, tres de cada cuatro víctimas, no responden con violencia al acoso. Y en un 19 % de los casos, son los propios compañeros, quienes detienen las conductas de maltrato.

Lo dejamos por hoy. Otro día os presentaré un resumen del estudio “Violencia escolar: maltrato entre iguales en la Educación Secundaria Obligatoria 1999-2006”, más conocido coloquialmente como “Informe del Defensor del Pueblo 2007”, aunque os recuerdo que podéis acceder a ese Informe completo desde un enlace de este blog.

Un cordial saludo.

 

 

 

Estudios sobre bullying realizados en España con posterioridad al año 2000.

Con posterioridad a la publicación del primer Informe del Defensor del Pueblo, elaborado en 1999 y publicado en el año 2000, se han realizado en nuestro país numerosas investigaciones relativas al tema de bullying o violencia entre iguales. Si bien, solo tres de esas investigaciones fueron realizadas a nivel nacional. Se denominan, respectivamente, “Violencia entre compañeros de escuela”, “Informe Cisneros X” y «Violencia escolar: el maltrato entre iguales en la Educación Secundaria Obligatoria 1999-2006». A continuación os presento un resumen del primero de ellos.

“Violencia entre compañeros de escuela”

Este estudio se lleva a cabo en el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia, por Dª Angela Serrano y Dª Isabel Iborra, y se publica en 2005. La muestra se compone de 800 chicos/as con rangos de edad de entre 12 y 16 años, estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), y se obtiene por el cruce de Comunidades Autónomas y tamaño del municipio, seleccionando de forma aleatoria teléfonos particulares entre todos los posibles de la base de datos de “Telefónica” en todo el país. En cada domicilio seleccionado se realiza una cumplimentación de segmentos cruzados de sexo y edad para elegir la persona a encuestar y finalmente se efectúa una entrevista por domicilio.

El error estadístico máximo sería de +/- 3.53 % con un nivel de confianza del 95.5 %.

Tanto el procedimiento como el instrumento para la obtención de datos son bastante peculiares. Por un lado, se excluyen a aquellos escolares residentes en domicilios cuyos padres utilizan exclusivamente el “móvil” (inmigrantes) o a aquellos abonados a otras compañías de telefonía  (Orange, Jazztel, Vodafon, etc.), y por otro, las encuestas realizadas, que se elaboran mediante entrevista telefónica asistida por ordenador, hecho que sin duda plantea problemas de recuerdo de las opciones de respuestas dadas, problemas en realidad inexistentes cuando esas opciones pueden leerse y pensarse por aparecer escritas sobre “papel”.

Los datos de resultados son ofrecidos en tablas y gráficos diferenciados por género, edad o curso y titularidad del centro escolar. El estudio ofrece mucha información, pero no se sabe si los datos aportados son o no significativos, porque las autoras no hacen referencia a ninguna clase de análisis estadístico. Un resumen de los resultados se presenta en los siguientes gráficos.

Resumen de resultados (porcentajes) del Informe de Serrano e Iborra.

Las autoras encuentran relación entre la titularidad de los centros y el maltrato. Se observa en el siguiente gráfico.

Relación entre el maltrato y la titularidad de los centros escolares (datos en porcentajes).

En lo que se refiere a los lugares de riesgo, para la mayor parte de los escolares, los lugares en donde suelen producirse los episodios de maltrato son la clase, el patio de recreo (por ese orden), seguidos por los alrededores del centro educativo. Según este estudio, a diferencia del realizado por el Defensor del Pueblo, los profesores son a quienes se comunica en segundo lugar (a veces en primero) el acoso, seguido de a la familia. Más de la mitad del alumnado (53.4 %) dice que los profesores no intervienen en casos de maltrato porque “no se enteran”.

La comparación de este informe con el del Defensor del Pueblo (2000), ha de realizarse con extrema cautela, por la diferente metodología empleada y por las diferentes categorías de maltrato utilizadas en los cuestionarios.

Otro día os hablaré del “Estudio Cisneros X. Violencia y acoso escolar”.

Saludos y hasta pronto.